La gratuidad de la C-32 entre Barcelona y Lloret de Mar a partir del 1 de septiembre abre una nueva etapa para la movilidad en Catalunya. La N-II se transformará en una vía pacificada, casi una calle más, un nexo viario intermunicipal que conectará las poblaciones de la costa. El Govern ha presentado su plan tras la entrada en vigor de la gratuidad de la C-32 entre Barcelona y Lloret de Mar y que supondrá una inversión de 120 millones de euros entre el 2022 y el 2026. La mitad de esa inversión se destinará a las mejoras de conectividad de la C-32 y la otra mitad a esa «pacificación» de la N-II.
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